en mayor o menor medida nos sumamos alguna vez en la vida
(debo confesar que yo no me disfrazo desde la niñez).
Las galas que lucía la gente en Galicia, originariamente distaban mucho
de los lujos y coloridos que se pueden observar en otros lugares del mundo
y que en la actualidad hemos imitado, algo que me entristece.
Aquí el disfraz se improvisaba con lo primero que uno se encontraba por casa,
nada de dispendios, el "choqueiro" salía del paso de forma totalmente
artesanal, fabricándose un disfraz con ingenio y buen humor.
Ni la prohibición de taparse la cara (posguerra) ni las amenazas del clero de condenarnos al fuego eterno si se caía en la tentación de lanzarse a la celebración de esta fiesta de origen pagano consiguieron erradicar esta diversión que,
me atrevería a afirmar es a la que la gente se entrega con mayor alegría.
Y como no,..........el exceso en la mesa no puede faltar, hay que rendir un gran homenaje a un buen lacón con grelos y a esos postres.........
ummmmmm esas orejas y esas filloas. (colesterol, hipertensión, báscula.......las olvidaremos por unos días).
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